Madre coraje

(madre del emigrante, Gijón -España-)

La vida de Jesús, tal y como está escrita en los Evangelios, no deja de descolocarme.  Sí, es cierto que es el medio por el que lo conozco cada vez más, apegándome más a Él, que es fuente de vida...  Pero la lectura de hoy, como digo, 'descoloca'...  Porque si veo a un Jesús compasivo, entonces su negativa inicial a escuchar a la mujer cananea me parece una especie de pedagogía, para que insistamos en buscarlo...;  quiere que sus discípulos seamos mediadores entre él y quienes sufren...;  nos anuncia que, por muy 'animales' -y no personas, hijos...- que nos creamos, él siempre está dispuesto a sacarnos de esa condición...  Si veo a un Jesús Hijo del Padre, veo con qué convicción lleva adelante su misión, sin mirar ni a derecha ni a izquierda, 'sin pararse a saludar', como él mismo decía;  y me pregunto si yo he recibido algún 'encargo especial' de su parte, y si trabajo en ello con el mismo empuje, la misma fuerza, idéntica pasión...  

Con todo esto, como digo, lo que me parece que estoy haciendo es justificarlo (¡como si él necesitara justificación...!).  Y no es eso:  realmente, puedo entender que no se parara enseguida, pues serían miles quienes lo reclamaban por los caminos...  y quizás no pararse era un modo de reclamar que lo siguieran si creían.  Me es más difícil entender por qué sigue actuando como judío, despreciando a los paganos, a quienes llamaban 'perros'...  Eso me 'descoloca', y me dice que Jesús sigue siendo un misterio para mí, y que me queda mucho por descubrir...

Lo que sí sé es que la fe y el amor pueden arrancar del mismo Dios del camino que tenía trazado hasta entonces, y que la fe y el amor cambian la historia...  Y el amor de madre, el que pide por el otro...  Esa mujer me da esperanzas en que, si algo no entiendo de Cristo, si en algo aún no me es 'simpático', o creo que algo me puede separar irremediablemente de él... sé que son falsas imágenes que acabarán cayendo si camino con él, si pido por el otro...