Pues sí: es muy, muy, muy posible que estas
experiencias personales acaben por no ayudar a casi nadie, pero no por ello es
menor la esperanza de aportar un granito de arena, igual que las de otros lo
han hecho conmigo, y me han ayudado tanto a avanzar de forma autodidacta en el
conocimiento de mis herramientas de trabajo. Desde aquí gracias.
Y aquí va una parte de mi agradecimiento, un poquito de mi nueva
experiencia con Mountain Lion, el nuevo SO de Mac X.
Cierto: ya hay mucho dicho y muy bueno. Pero yo puedo aportar algo distinto. Por una parte, es mi propia experiencia
de usuario elemental, y eso siempre es original, y puede que ayude a otros a no
sentirse acomplejados por comentarios de usuarios más avanzados. La otra posible originalidad es que hasta ahora he sido
usuario de Leopard, y si hay más como yo que den ese salto lo leerán con
simpatía.
Bien. Mis impresiones son de unos días, pero ahí van.
Descarto hablar mucho de la
lógica ganancia en fluidez, dado que he adquirido un nuevo equipo y eso se
nota: disco duro más fluido, más
capaz, más ram… ¿Cómo no va a ir
todo mejor?. Voy a la
nueva interfaz: Mission Control,
Launchpad, App Store, visualización en Safari, gestos multitáctiles…
Yo vengo de los Spaces de
Leopard. Algo he leído por ahí
sobre que muchos usuarios lo echan de menos, al tener ventanas más grandes de
los diferentes escritorios. Y es
verdad. Al principio me dejaba la
vista para adivinar qué aplicaciones tenía en cada uno, teniendo que hacer uso
del zoom (Ctrl + dos dedos en vertical, si se habilita en Accesibilidad). Pero eso se ha minimizado: he ido asignando que mis aplicaciones
más comunes se abran en determinados escritorios, de modo que ya me va siendo
más intuitivo localizarlas.
Además, con el gesto de cuatro dedos en horizontal por el trackpad voy
pasando escritorios a pantalla grande, y apenas uso el Mission Control. Si los escritorios abiertos no son
demasiados se acaba por no echarlos de menos. Pero eso, más que una ventaja, es una adaptación forzosa a
esta nueva presentación, no es un avance para mí. Simplemente me es más ágil pasar escritorios que verlos
minimizados para elegir uno.
Cuando decidí comprar el nuevo
mac tenía cierta confusión en mente, y es que había leído que no se podía
“pasar” de Leopard a Mountain Lion.
Eso es cierto: no podía
instalar en mi anterior equipo el nuevo SO. Pero me confundí pensando que tampoco podía migrar los datos
de un ordenador con Leopard a otro con Mountain Lion, que es algo muy
distinto. Hasta tal punto estaba
convencido de mi error que llegué a plantear la duda en un conocido foro, hasta
que se me iluminó espontáneamente la bombilla y caí del burro: siempre pueden migrarse datos de un mac
a otro, tengan la versión del SO que tengan, con la pega de algunas aplicaciones
específicas que se hallen anticuadas y ya no sean soportadas. En mi caso, desde el 2008 al 2012
encuentro que hay dos que no me funcionan en el nuevo equipo: MVWare Fusion, para usar Windows XP en
una partición; y Switch, para
cambiar formatos de archivos. Pero
bueno, lo demás perfecto (Office 2008 para Mac incluido), tema resuelto.
Hablemos ahora del
Launchpad: sinceramente, ni me he
enterado que está ahí. Siempre he
tirado de Finder para abrir aplicaciones, o del dock, el cual tengo ampliamente
equipado y apretujado de iconos, pero que visualizo bien gracias al efecto
Aladin elegido en preferencias.
Quizás me acabe acostumbrando a dicho sistema, parecido a la
presentación del iPhone. Pero como
digo es lo que menos he tocado, aunque resulta “gracioso” y agradable saber que
es otra utilidad más. Por ahora
sólo para juguetear y enseñar al que venga.
Qué más… ah, sí, mi incidente con
el “Voiceover”, esto ya más de risa o para llorar, según se mire. El caso es que hará un par de años que
noté que en mi equipo no respondía la combinación Mayús+A para escribir “A”. Fui a un servicio técnico cercano y me
ofrecieron cambiar el teclado, pues en mi anterior equipo esta era una pieza
donde estaban documentadas altas estadísticas de fallo. El caso es con el nuevo teclado me
seguía dando el problema… y pedimos otro, y me lo volvieron a cambiar. Pero cuando ya vimos que el problema
persistía, entonces al técnico (oficial) se le ocurrió conectar mi equipo a un
disco duro suyo, y “voilá”, el teclado funcionaba a la perfección… Concluyó entonces que había alguna
“rutina” de mi configuración que provocaba el fallo, y me recomendó que
formateara el ordenador con mi copia de seguridad. Así lo hice… y el problema persistió. Así que decidí apañarme como al
principio, usando el BloqMayús cada vez que quisiera escribir “A” (y ahora, que
puedo escribirlo de forma “normal” siento un gran alivio). Por fin, al migrar al nuevo ordenador
veo que ya no tenía ese problema… hasta el día siguiente de empezar a
toquetearlo, y empezar el nuevo equipo a leerme en voz alta el texto que tenía
en pantalla… Entonces pienso: ayer funcionaba bien, hoy vuelvo a no
poder poner “A mayúscula”, y encima el ordenador me habla… Conclusión lógica: se trataba de una combinación de teclas
que activaba el Voiceover, en vez de escribir lo que yo quería… Curiosamente empezó a hacerlo cuando
quise escribir “Á” (o sea, “a” mayúscula acentuada…). Como no encontraba la ventana de preferencias del sistema que
me diera la solución, busqué por internet; y no sé bien dónde acabo viendo “Mayúsculas+A” como una
combinación que, al no ser habitual en algunos teclados, se usaba para activar
esa función, pero que con otros idiomas sí era habitual… No sé muy bien a qué se refería, porque
la combinación “Mayús+A” es habitual en cualquier lengua, pero bueno… El caso
es que finalmente localizo esto:
Se trata de la ventana de diálogo
de la preferencia “Dictado y habla”, no la de “Accesibilidad”. Y como se ve claramente (ahora desactivado para mi alivio), la opción Mayúsculas+A provocaba la opción
de “reproducir oralmente el texto seleccionado al pulsar la tecla”. Dos cosas que decir: por un lado lo ya comentado de la
simpleza de colocar esa combinación tan habitual para esa función (aunque se
supone que sólo se activa con una selección previa de texto, no ha debido ser
tan difícil cuando me ha ocurrido).
Y por otra la falta de imaginación del técnico a la hora de diagnosticar
el problema, pues se supone que es una persona habituada a conocer el SO a
fondo. O no. O simplemente no se le ocurrió en ese
momento, somos humanos… Pero es
que fueron dos cambios de teclado seguidos… Eso sí, su trato fue amabilísimo.
Más cosas: lo de la Mac App Store,
interesante… Llevaba tiempo oyendo
hablar de ella, pero no podía acceder a la misma desde Leopard. Otra razón, pues, para cambiar de
versión de OS X. Cambiar el equipo
a la vez ha sido por no querer comprar batería nueva (dijo adiós de repente
hace unos dos meses, después de 5 años…) y tener el disco duro “a tope” y darme
muucha pereza hurgando en él para eliminar contenidos, o sacar los menos
habituales, etc. Y un equipo con 5
años pues ya ha cumplido y se puede vender con ciertas garantías (por cierto,
quizás te interese: puedes
mandarme un correo y te doy detalles… disculpas por el off topic, parezco el
del chiste del tacaño y la esquela…).
Pues bien: ayer intenté
localizar Paralells en dicho espacio, y no hubo forma. Por fin lo pude encontrar en la web de
Apple, en “descargas”… La verdad
que me desconcertó esa dualidad, porque pensé que la Mac App Store estaba para
eso, para centralizar ahí todas las descargas posibles… Quizás haya una explicación para eso,
pero la desconozco.
Y por último, los gestos
multitouch… Sólo diré que al
principio me parecieron complejos, ganas de enredar, y que con mis esquinas
activadas me acabaría apañando bien…
Pero esa impresión me ha durado poco: ver que con cuatro dedos en horizontal paso escritorios
ágilmente, con la preconfiguración de Mission Control que he dicho antes… que se me define la palabra que
selecciono con tres dedos… que con
dos dedos paso las páginas del histórico de Safari… que hago zoom en Safari como en el iPhone, haciendo “tap
tap” con dos dedos sobre el párrafo elegido… Que puedo voltear fotos con un giro, o hacer zoom
pellizcando o abriendo dedos… Que
veo el escritorio bajo las ventanas con sólo “despellizcar” con pulgar y tres
dedos… Todo eso, aprendido en un
par de días, me ha facilitado la tarea hasta el punto de desactivar todas las
esquinas salvo una para lanzar el salvapantallas. Por cierto que ahora además podemos personalizar el fondo de
pantalla de cada escritorio, y los hay muy elegantes en las propias
preferencias del sistema.
Concluyendo: si esta entrada formara parte de un
blog especializado, las críticas y negativos lloverían, por la sencillez de los
comentarios. Pero escribirlo me ayuda
a agradecer la ayuda de otros, y puede que haya algún aspecto que se suele
despreciar en foros más expertos, por lo que lo subo con mucha dignidad. Espero que, si no te ha aportado nada
nuevo, al menos te haya servido para sonreírte y mostrarte que “tú sí que
sabes”, a diferencia de mi modesto caso.