


Pero el dueño les recuerda que les ha dado lo convenido, había sido justo con ellos, y además quería ser bueno con los otros... Ahora toca pensar: ¿cuándo, teniendo lo necesario, no paro de quejarme por lo que tienen los otros?. En el fondo, los primeros no eran un ejemplo de justicia sino más bien de egoísmo al no alegrarse por los otros... Esto, en nuestra sociedad, se entiende poco. Pero los caminos de Dios son caminos de hermanos, no de una supuesta justicia deshumanizada.Mucho más se podría decir de esta lectura, pero sólo añado una cosa más: Dios siempre sorprende, y lo hace con un Amor más grande que el nuestro de 'andar por casa'.
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