Como un jardín abandonado por la falta de quien lo cuidaba, pero que sigue dando sus frutos, aunque más agrestes que antes... Pues así veo yo este blog, que pese a no cuidarlo a diario sigue recibiendo visitas, y Dios sabrá el fruto que sigue dando.
Esta mañana leía esa 'carta de amor' que es bueno tener siempre a mano, para levantar el ánimo. Espero que tengas la tuya, la mía no es ningún sucedáneo: me la mandan cada mañana desde la fuente misma del Amor, aunque a veces el corazón no tenga reflejos para responder...
Y en esa carta, se me invitaba a abrir los ojos a lo que puede pasar. Y es que el evangelio es, entre muchas otras cosas, medicina preventiva. Cuando evangelizo, estoy evitando infinidad de conflictos, o estoy enseñando a resolver los que vayan surgiendo a mi alrededor. Porque en la Palabra que escucho últimamente se me insiste en que vea a Dios como Padre; y si lo hago, sólo queda ver al otro como hermano... Hoy se me ha pedido de nuevo al hermano, a ver a todos como hermanos: en eso consiste la moral cristiana, ahí radica todo mandamiento.
Cuando entiendo algo con una luz nueva, una luz amable, y esa luz está llena de sencillez... posiblemente es de Dios.
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