Resignación...

Hoy, en las lecturas bíblicas del día, leía a Ezequiel. El profeta pierde a su mujer, "lo más precioso a sus ojos", pero en lugar de hacer luto como era costumbre, sigue haciendo vida normal... Eso era un escándalo, y más siendo profeta. El pueblo, extrañado, le pregunta... Y él dice actuar así por consejo de Dios, para mostrarles algo...  Hoy día lo escandaloso es salirse de lo "políticamente correcto", y expresar los sentimientos ante los demás.  Hay una falta de comunicación que nos despersonaliza.  Por eso lo de compartiros con este blog.  
En otra cita, Jesús invita a guardar los mandamientos para 'entrar en la vida...' Pero cuando un joven rico le hace saber que eso no le basta para sentirse feliz, Jesús le invita a ser 'perfecto' y desprenderse de lo que se lo impide... Pero el joven se marcha, pues aprecia demasiado lo que tiene y no tanto lo que podría tener.  Hoy también nos obsesionamos con la perfección (la publicidad se encarga de ello), pero hasta el punto de que se están vendiendo como churros los libros de autoestima:  siempre estamos viéndonos en la foto mala...  La perfección del santo es precisamente la del que no se machaca por caer, sino que sabe de qué mano cogerse para volver a levantarse...
En fin... que nos acostumbramos a vivir de cierto modo, sin lamentarnos ni entusiasmarnos demasiado, casi como arrastrándonos. La famosa resignación cristiana no debe ser entendida como una pasividad, sino como una confianza en que "todo es para bien..."  ¿No será que hoy se nos invita a mirar hacia lo que podríamos avanzar, a recuperar lo perdido...?

Lo siento, al final me releo y suena a sermón...   Seguro que sacas tus propias conclusiones con Ez 24, 15-24; Dt 32, 18-21; Mt 19, 16-22.