jueves, 14 de agosto de 2008


z_maximiliano1.jpg



Hoy el santoral se acuerda de Maximiliano Kolbe.  No me resisto a que conozcáis su vida en el vínculo que os adjunto.  Y no olvidemos que vivió y murió como lo hizo por alimentarse de las palabras de Aquél de quien se fiaba...   Si leyéramos la Biblia creyendo que nos puede cambiar la vida... Pero claro, no sólo leerla:  creerla, preguntarse/le qué me dice a mí lo que leo, y qué me dice para hoy...  en el libro de Ezequiel 12, 1-12 (anuncios de dolor) o en Mateo 18, 21 y siguientes (anuncios de perdón).  Sólo Dios sabe qué le dirá a cada uno.


Pero claro, tenemos una imagen idealizada y lejana de los santos y decimos:  eso es demasiado para mí, esas personas son "sobrehumanas", "oían" a Dios...  Sin embargo, precisamente nos sirven como modelo por ser tan humanos como nosotros.   Maximiliano podía oír a Dios igual que tú y que yo, meditando sus palabras...  El mismo Hijo de Dios se hizo hombre para decirnos que todo hombre puede ser hijo de Dios.  Eso sí, con paciencia, como las hormiguitas, poco a poco... Maximiliano no tomó sus grandes decisiones de repente, sino a base de pequeñas opciones, día a día.  A él le indicó un camino, pero cada uno tenemos el nuestro.   Confiemos.







No hay comentarios: