viernes, 29 de agosto de 2008

Perder la cabeza...


obediencia por pato_garza.

El cartel de la foto dice:  "no mirar por aquí...".  Dicen que lo prohibido atrae, y que obedecer cuesta.  La obediencia sería entonces lo bueno, y la desobediencia una mala tentación... o no, depende.  Esto lo digo porque hoy leía el relato de la muerte de Juan el Bautista (Mc 6, 17-29). Juan obedeció a Dios, y por eso habló contra el rey y fue encarcelado.    Herodes obedeció a su corazón (eso que está tan de moda, pero sin tener en cuenta cómo anda de recto) y se casó con su cuñada.  Su sobrina bailó para él, y ante su promesa de premio, consultó con su madre y la obedeció, pidiendo la cabeza de Juan en una bandeja.  El rey, aunque triste por admirar a Juan, obedeció a su propio juramento de dar el premio.  El guardia obedeció a su rey y cortó la cabeza de Juan...  Así que, más que obediencia, la fe nos pide un recto corazón al que poder obedecer confiadamente.  Y eso es un regalo, un premio, que nos da otro Rey...
Por cierto, a veces bromeo diciendo que San Juan Bautista es el único que santo que perdió la cabeza por una mujer...  Lo que no es broma es que, como en este caso, un error lleva a otro: Herodes desconfió de Dios al elegir esposa, luego se fió sólo de su juramento, para acabar matando a quien admiraba.  Al final, dando la espalda a Dios no sólo puedo hacer daño, sino hacérmelo a mí mismo.   Así que si he de perder la cabeza, que sea por Quien merece la pena.

No hay comentarios: