lunes, 15 de septiembre de 2008

Madre no hay más que una... o dos...

Madre e hija por carlosfpardo.

Hablar cura... Rezar no es más que poder hablar a todas horas con alguien que sabes que te ama. También ocurre que no siempre buscas a la misma persona para desahogarte.

En la cruz, Jesús confió su madre al discípulo amado, y éste desde entonces la acogió en su casa... ¡Cuántas conversaciones habría entre ambos! Por María nos llegó la Palabra definitiva de Dios encarnada en Jesús, y por María llega hasta mí, ahora. No tengo hábito de hablar con la Virgen, de contarle... Y sin embargo, Jesús, en la misma cruz, me dice que la acoja en casa... Si alguna vez dudo que Él pueda abrazarme, no puedo dudar de que si amo a la que tanto amó estaré más cerca de ese abrazo. Así lo entiendo al leer el evangelio de hoy.

Una vez un amigo evangélico me comentó que no te hacía mucho caso porque era como desviar la mirada de Jesús... Pero si Jesús está prendado de tí, ¡cómo no encontrarle al mirarte! Así que, María, que sepas que quiero dejarte entrar en mi casa, y tratar contigo, para hacer lo que Él me diga...

No hay comentarios: