domingo, 5 de octubre de 2008

Por sus frutos los conoceréis

Dulce desayuno por quimpg.


Domingo, dia de descanso. Los trabajos quedan fuera (o al menos lo procuro). Hay tiempo para repasar la semana, ver qué frutos ha tenido. No toda tarea da fruto, y no todo fruto es el mejor. Lo bueno es creerme capaz de dar fruto bueno.

Las lecturas de hoy me recuerdan que no basta con que mi fe dé algún resultado, sino que el resultado sea 'dulce'... Importa casi más cómo la vivo que cómo me desgasto por ella. Y es que, si doy muchos frutos (horas de enseñanza, de consejo, de estudio, de oración, de celebración, etc.) pero son amargos porque no los vivo con agradecimiento, entonces es trabajo baldío. Como decía San Pablo, "si no tengo amor, nada soy". Si la fe se vive con amargura, no esperes que los demás la deseen... Esa amargura viene de desconfiar en que responda a nuestros mejores deseos, cuando en realidad lo que nos hará será desear más lo mejor, lo que acabará por asombrarnos.

También me recuerda el evangelio que no puedo regodearme en el buen fruto, dejando de agradecerlo, dejando de compartirlo, tomándolo como propiedad y negándolo a quien Dios se lo quiera regalar, aunque no comulgue conmigo. No soy dueño de los frutos, otros que no son de mi viña -de mi casa, de mi país, de mi iglesia...- pueden disfrutarlos, porque Dios es Padre de todos.

Menos mal que Dios es el Dios de la paz, y la quiere para el corazón. Él puede hacer que la fe nos sepa dulce, y que nuestro fruto, además de hacerse visible, sea dulce para los otros. Y entonces tengamos paz con nosotros mismos, y nos dejemos abrazar con paz por el Dios del Amor.

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