jueves, 6 de noviembre de 2008

En tus manos queda...



He leído el algún lugar que a veces parecen ocurrir fenómenos extraños con los ordenadores, tan raros que se empieza a pensar que hay duendes o fantasmas por medio. En concreto, un usuario tenía problemas al manejar su portátil, mientras que no le ocurría a su mujer. Se diría que la máquina le tenía manía al marido...

Nada más lejos de la realidad, la explicación era bien simple: el hombre tenía en su muñeca una pulsera magnética, de las que se usan contra el estrés. Los imanes de la pulsera influían en el ordenador hasta hacerle casi imposible trabajar con él.

Veo tres moralejas: una, la utilidad de compartir las cosas y dialogar en la pareja; dos, la de no buscar enseguida una explicación sobrenatural, pues Dios no suele tener una forma tan caprichosa de decir las cosas; y tres: la de que, normalmente, la solución está en tus manos...

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