Padrenuestro...

Esta mañana me decía Marta (15 añicos) que pese a trabajar en casa, luego pierde los trabajos o los deja a alguien, o los olvida, y claro, suspende... Le he dicho que tiene buena cabeza pero le falta algún que otro 'codo' y, sobre todo, organización... Mi receta ha sido: párate un rato al día, y ordenarás ideas... A mí me pasa cuando rezo: en el silencio, ante la Biblia, me acuerdo de otras cosas y las apunto, para no olvidarlas. Pasa como con el agua azucarada: cuando se deja de agitar con la cuchara, el azúcar va al fondo y el agua queda clara, limpia...

En este rato de oración, leyendo el evangelio de hoy, me alegra haber entendido algunas cosas:

1) igual que Jesús nos dio a todos a María como madre (en la persona de Juan), nos ha querido regalar antes un Dios que es Padre... por eso insiste en decir 'vuestro Padre'...

2) este Dios 'paterno' (padre eterno...), 'padrazo' (no padrastro)... está en lo secreto... Jesús lo distingue de la habitación, pues aun ahí alguien puede abrir y vernos: lo secreto es lo que nadie puede ver, o sea, dentro de mí mismo... Ahí está Dios, con la misma categoría y altura que luego dirá que está en el Cielo...

3) el Dios que nos regala Jesús es un Dios cuya presencia es deseable (simbolizado en su Nombre), y también su acción (el Reino), y lo que Él quiera, pues es digno de confianza (su Voluntad). Como dos enamorados que se dicen: quiero que estés conmigo, quiero que alegres mi vida, quiero lo que tú quieras porque te quiero...

4) y lo único que me pide ese Dios (aparte de hablar con Él en confianza) es que perdone: todo lo demás me lo regala, pero al menos me pide que perdone... Así seré capaz de acoger todo lo demás.

Por cierto (¿casualidad?)... con Marta he hablado también de paternidad...