"[21]Saliendo de allí Jesús se retiró hacia la región de Tiro y de Sidón. [22]En esto, una mujer cananea, que había salido de aquel territorio, gritaba diciendo: «¡Ten piedad de mí, Señor, hijo de David! Mi hija está malamente endemoniada.» [23]Pero él no le respondió palabra. Sus discípulos, acercándose, le rogaban: «Concédeselo, que viene gritando detrás de nosotros.» [24]Respondió él: «No he sido enviado más que a las ovejas perdidas de la casa de Israel.» [25]Ella, no obstante, vino a postrarse ante él y le dijo: «¡Señor, socórreme!» [26]El respondió: «No está bien tomar el pan de los hijos y echárselo a los perritos.» [27]«Sí, Señor - repuso ella -, pero también los perritos comen de las migajas que caen de la mesa de sus amos.» [28]Entonces Jesús le respondió: «Mujer, grande es tu fe; que te suceda como deseas.» Y desde aquel momento quedó curada su hija." (Mt 15, 21 ss.)
...la manzana de Eva, la de la discordia, la de Blancanienves... son relatos que apelan al espíritu humano, a su relación con los demás y con el infinito... ...la manzana de Newton... me recuerda que, aunque estamos atados a la tierra, podemos soñar con el cielo... la manzana de Apple... otra manzanita que se nos ha colado en la vida... ...¿te atraen las historias de manzanas?... ...hay miles...
domingo, 17 de agosto de 2008
Deseos...
"[21]Saliendo de allí Jesús se retiró hacia la región de Tiro y de Sidón. [22]En esto, una mujer cananea, que había salido de aquel territorio, gritaba diciendo: «¡Ten piedad de mí, Señor, hijo de David! Mi hija está malamente endemoniada.» [23]Pero él no le respondió palabra. Sus discípulos, acercándose, le rogaban: «Concédeselo, que viene gritando detrás de nosotros.» [24]Respondió él: «No he sido enviado más que a las ovejas perdidas de la casa de Israel.» [25]Ella, no obstante, vino a postrarse ante él y le dijo: «¡Señor, socórreme!» [26]El respondió: «No está bien tomar el pan de los hijos y echárselo a los perritos.» [27]«Sí, Señor - repuso ella -, pero también los perritos comen de las migajas que caen de la mesa de sus amos.» [28]Entonces Jesús le respondió: «Mujer, grande es tu fe; que te suceda como deseas.» Y desde aquel momento quedó curada su hija." (Mt 15, 21 ss.)
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