Bajar los humos

Si todo me ‘sonríe’ me acomodo: en vacaciones tengo descanso, tiempo para resolver cosillas, para leer, para pensar… tiempo para hacer planes… humo, quizás. Ningún plan que no pase por el esfuerzo y el aparente fracaso prosperará, así que mejor asumirlo desde un principio o dejar de soñar sin compromiso. Me lo recuerda este pasaje del evangelio:

“Mientras bajaban del monte, Jesús les prohibió contar lo que habían visto, hasta que el Hijo del hombre resucitara de entre los muertos. 10 Ellos cumplieron esta orden, pero se preguntaban qué significaría "resucitar de entre los muertos. 11 Y le hicieron esta pregunta: "¿Por qué dicen los escribas que antes debe venir Elías?". 12 Jesús les respondió: "Sí, Elías debe venir antes para restablecer el orden en todo. Pero, ¿no dice la Escritura que el Hijo del hombre debe sufrir mucho y ser despreciado? 13 Les aseguro que Elías ya ha venido e hicieron con él lo que quisieron, como estaba escrito". (Mc 9)

A ver si me explico… Jesús acababa de transfigurarse delante de Pedro, Santiago y Juan, esto es, se había mostrado radiante, como Luz de la Luz que es Dios. La escena daba como para creer que la victoria del Reino había llegado. Sin embargo Cristo les ordena no decirlo hasta después de su muerte. Pero ellos no quieren oír hablar de fracaso después de esa señal, y pasan ‘a otro tema’, impacientes por saber cuándo podrán descansar victoriosos. Jesús de nuevo les recuerda el sufrimiento de Elías, y el martirio de quien fue su figura, Juan Bautista. No hay gloria sin sacrificio, viene a decirles, a decirme… o como dicen los ingleses, 'no pain, no gain'.

Cada uno sabe (o debería intentar saber) qué le pide Dios. Yo lo único que sé es que es un camino lleno de promesas pero también plagado de resistencias y cantos de sirena (cada uno tiene los propios). Si emprendo el camino me tocará superarlas aunque cueste, y tendré que alimentarme para caminar… Todo lo que no tenga en cuenta esta realidad, es humo…